Ordenar para una mayor productividad y concentración
Desorden significa elementos dispersos de manera desorganizada. Por lo general, son cosas que se acumulan en nuestros hogares y que realmente no usamos, pero igual las conservamos. Sin embargo, la investigación demuestra que nuestros cerebros funcionan mejor en entornos organizados. El desorden visual agota nuestros recursos cognitivos, lo que dificulta la concentración y el procesamiento de la información. Los investigadores mapearon la respuesta del cerebro a los impulsos organizados y desorganizados durante las tareas. Sus hallazgos fueron claros: ordenar los espacios del hogar y la oficina mejora la concentración, el procesamiento de la información y la productividad, al mismo tiempo que disminuye la irritabilidad. En 2016, investigadores canadienses descubrieron que el desorden puede sobrecargar nuestra capacidad para recordar información visual, lo que dificulta la concentración. Algunas personas pueden ignorar las distracciones mejor que otras, pero los espacios desordenados dificultan las cosas para todos. Por lo tanto, mantener el espacio ordenado puede ayudar a reducir el estrés y mejorar la concentración.
Desorden y salud mental
El desorden tiene un impacto significativo en nuestra salud mental. Puede aumentar los niveles de estrés, y eso impide que nos relajemos cuando estamos en casa. El desorden distrae a nuestro cerebro, lo que dificulta la concentración y propicia la postergación de tareas importantes. Además, un entorno desordenado puede impedir el control de los impulsos y conducir a comportamientos poco saludables. Las investigaciones muestran que el desorden excesivo también afecta negativamente la percepción de nuestros propios hogares, lo cual reduce el bienestar general y la satisfacción con la vida.
Crea tu plan de limpieza
Para ordenar de manera efectiva, comienza por establecer metas realistas para cada habitación y crea un cronograma. El objetivo es retirar los objetos de tu casa y dárselos a alguien que los necesite, por ejemplo, en donaciones. Pida ayuda a un familiar, amigo u organizador profesional, ya que sus aportaciones pueden facilitar la toma de decisiones. Enfócate en un área a la vez durante un período de tiempo establecido y divide la tarea en pequeños pasos para evitar sentirte abrumada. Para las cosas que no sabes con certeza qué harás, establece un plazo para decidir más tarde y concéntrate ahora en una tarea a la vez para mantener el impulso.